Con Silvio Rodríguez como referente de un camino posible, que también ha hecho suyo, llegó el andaluz Rafa Bocero a la sala Majadahonda del Centro Cultural Pablo de Torriente Brau para ofrecer, en un ambiente de confluencia de haceres, el concierto que el calificó de “sueño realizado”.
La tarde se convertía en agradable, tierna y reflexiva después de los
tantos vaivenes de una cotidianeidad por momentos abrumadora y muchas
veces sin respuesta aparente a los imprevistos del día a día.
Bocero, en complicidad con su guitarra, nos traía el ir y venir de
sentimientos cargados por momentos de nostalgia y otros de ilusión y
amor, con una base flamenca en su música, y un modo de decir
inteligente en la canción.
Antecedido estuvo su recital por el lanzamiento del último de los discos de Palabra viva, dedicado a Eduardo Heras León, y la entrega de los Premios Memoria 2012, dos acciones del Centro Pablo
en favor del enriquecimiento de la cultura y la perpetuidad de la
memoria, lo que convirtió en más atractiva la presentación de Bocero,
por ser él un filósofo de formación y un compositor que en sus letras
nos muestra con profundidad las historias vividas.
Fue –nos decía él– el modo inteligente y bello de decir de Silvio
Rodríguez con sólo una guitarra y sin atadura a género alguno, lo que
provocó “que me decidiera por el mundo de la trova o la canción de
autor. Antes había hecho otras cosas, pero no me llenaban ni complacían
del todo. Fue Silvio quien definió mi camino; a él lo considero el mejor
trovador de todos los tiempos”.
Bocero, quien se encuentra en Cuba invitado por el Centro Pablo,
inició la relación con esta institución a través del historiador
español de la canción de autor Fernando González Lucini, quien compartió
las celebraciones en La Habana del centenario de Miguel Hernández. Con
él se vinculó por el trabajo artístico y porque está realizando un
estudio de título Música y metafísica, que incluirá a la trova y todos aquellos géneros con los que se siente identificado.
De esta relación, y otras, que tiene el Centro Pablo con
trovadores de diferentes geografías habló Víctor Casaus en la
presentación a Bocero, lo que calificó de oportunidad para el diálogo
entre jóvenes cantautores que siguen confiando en la vitalidad de la
nueva canción “frente a las banalidades que impone el mercado musical o
las malas políticas de difusión de los medios”.
El cantautor andaluz es uno de esos; él vivió el sueño de presentarse
en el Centro y nosotros el privilegio de disfrutar de su trabajo, en el
que incluyó la musicalización de algunos Versos sencillos del Héroe Nacional de Cuba José Martí. También se llevó el recuerdo de un cancionero de Silvio Rodríguez y su disco Segunda cita, dedicados por el trovador al cantautor andaluz, los que fueron entregados por Víctor Casaus al final del concierto en la Majadahonda, en medio de la cálida emoción de ese momento.
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